martes, 30 de agosto de 2011

España incumple la resolución 36/55 de la ONU

El 25 de noviembre de 1981 la Asamblea General de la ONU proclamaba la resolución 36/55, relativa a la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o las convicciones. Los considerandos (extractados) de la Declaración son:

1. La dignidad e igualdad de todos los seres humanos [...] sin distinción de raza, sexo, idioma ni religión.
2. El derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión o de convicciones.
3. La violación del derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión o de cualesquiera convicciones, ha causado directa o indirectamente guerras y grandes sufrimientos a la humanidad.
4. La libertad de religión o de convicciones debe contribuir también a la realización de los objetivos de paz mundial, justicia social y amistad.
5. La existencia de discriminación en las esferas de la religión o las convicciones aún se advierten en algunos lugares del mundo; etc...

Muchos lectores pensarán que en España existe libertad religiosa, y es cierto, pero los múltiples privilegios de la Iglesia católica constituyen una discriminación positiva claramente identificada en la propia resolución 36/55 (Art. 2.2): "A los efectos de la presente Declaración, se entiende por intolerancia y discriminación basadas en la religión o las convicciones toda distinción, exclusión, restricción o preferencia fundada en la religión o en las convicciones y cuyo fin o efecto sea la abolición o el menoscabo del reconocimiento, el goce o el ejercicio en pie de igualdad de los derechos humanos y las libertades fundamentales".

Que los edificios de culto católico, incluidas las casas parroquiales, no paguen IBI pero sí lo hagan los del resto de confesiones, los templos masónicos o los locales donde se reúnen ateos, librepensadores y "brights"; es una discriminación en toda regla. España incumple la resolución 36/55 de la ONU porque existe una religión favorita que goza de muchos privilegios, especialmente desde 1953, fecha del Concordato con la Santa Sede (actualizado en 1979): un reducto de impunidad legal en un país teóricamente aconfesional.

Las ayudas institucionales directas e indirectas, financieras o en especie, o el tratamiento mediático preferente de las cadenas de TV públicas durante las pasadas Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ); son un claro ejemplo de trato preferencial y un atentado al principio de igualdad que consagra la Constitución española. Por ejemplo, se informa de que el movimiento 15-M ha dejado tantas toneladas de basura en la Puerta del Sol pero se omiten las generadas por la JMJ en el aerodromo de Cuatro Vientos.

Existen argumentos falaces que pretenden justificar el millonario apoyo institucional a la visita del Sr. Ratzinger a Madrid, por ejemplo, que el beneficio económico haya sido superior a las ayudas. Es verdad que algunos hoteles, taxistas, agencias de viajes, tiendas de souvenirs, supermercados, restaurantes, carpinteros que hacen confesionarios, instaladores de megafonía, fabricantes de carteles y vallas... -por citar algunos- se han beneficiado del evento. Pero no parece razonable que todos los españoles sufraguemos los gastos para el beneficio particular de unos pocos. Considero más justo que cada evento se autofinancie con el dinero de los fieles o fans. Incluso se puede abrir una C/C para que todos los católicos demuestren la adhesión a su caudillo moral, al infalible y supuesto poseedor de la verdad absoluta. Otra idea es destinar la colecta dominical de las misas a tal fin. Todo excepto hurtar el dinero del contribuyente para sufragar los fastos de una determinada religión. Por favor, no con mi dinero.

domingo, 14 de agosto de 2011

La visita del Papa y su último plan estratégico

Estimado Sr. Ratzinger:
En relación con su visita pastoral en Madrid (JMJ), deseo expresar mi rechazo a esa "nueva evangelización", producto de su último plan estratégico corporativo, cuya finalidad es recuperar la cuota de mercado que su religión viene perdiendo, de forma imparable, en las últimas décadas. En España (Barómetro CIS, junio 2011), el 22,6% de la población se declara no creyente o atea. Sólo el 11,7% de la población católica acude a misa una o más veces por semana. Restando los que practican otras religiones (1,7%) y los que no contestan (2,2%), nos queda un 61,8% de católicos "culturales" que solo pisan una iglesia en bautizos, comuniones, bodas y funerales; los ritos de paso que marcan la aculturación católica. Así que, por favor, deje ya de aludir a esa manida "gran mayoría de católicos", para justificar todos sus privilegios. Recuerde que los ateos duplican a los místicos. 

Entiendo que la visita se llame Jornadas Mundiales de la Juventud, máxime cuando el desapego de los jóvenes a la religión es para ustedes alarmante; una auténtica debacle. En cualquier empresa privada, esta situación hubiera supuesto el cese fulminante de su manager regional para España (Rouco Varela) y por eso es necesario tomar personalmente las riendas del negocio y presentarse en el coso madrileño a torear y salir a hombros de la plaza o con una buena cornada en la femoral.

Sr. Ratzinger, me imagino que sus estrategas purpurados tendrán por objetivo reevangelizar a ese 61,8% de católicos culturales y poner a trabajar de catequistas al 11,7% de fieles practicantes. Comenzar una "nueva evangelización" en España es una empresa destinada al fracaso. Ya le anticipo que no va a ser posible, ni con la ayuda del mismísimo espíritu santo y las cohortes celestiales. Usted no se dirige a evangelizar negros, indios o ignorantes como antaño, sino a ciudadanos libres con autoestima que han aprendido a pensar por sí mismos y a otorgar más validez a sus propios juicios morales. Fíjese lo que yo desapruebo:

1. Que el Estado use el dinero de todos los españoles para que usted nos adoctrine en su moral particular, de dudoso valor epistemológico. 
2. Que su Estado ficticio, llamado Vaticano, tenga "patente de corso", la que proporciona la religión; para influir en la política (aborto, divorcio, matrimonio homosexual, muerte digna, etc.) de otro Estado y fuera de los cauces democráticos. 
3. Que pretenda usted, Sr. Ratzinger, que sustentemos nuestra vida en la superchería y las creencias infantiles.
4. Que tengamos todavía que mantener a un parafuncionariado de curas y obispos, y a otro de catequistas en los colegios e institutos.

A pesar del tan grande como inmerecido apoyo institucional que está recibiendo su última campaña de marketing (alquileres baratos, cesión de instalaciones, 80% descuento transporte público, exenciones fiscales para patrocinadores), que se enmarca en el citado plan estratégico; muchos ciudadanos mostraremos en público y en privado nuestro desacuerdo. Da igual que su manager regional, Rouco Varela, haya lanzado su último "ofertón del verano": Absolución de abortistas arrepentidas; indulgencia plenaria para los fieles de la JMJ e indulgencia parcial para el resto de fieles que "eleven oraciones a dios para que impulse a los jóvenes a anunciar el Evangelio". Rouco dirá que esta es una oferta "difícil de rechazar" pero lo siento mucho Sr. Ratzinger, la razón no está en venta.