domingo, 11 de septiembre de 2011

Situación de la apostasía en España

Apostasía es la negación pública y oficial a seguir siendo cristiano, renunciando expresamente al bautismo recibido. Por extensión, también se entiende como la renuncia a cualquier credo religioso. Las consecuencias canónicas más relevantes de apostatar son la exclusión de recibir los sacramentos de la penitencia, eucaristía y unción de los enfermos (salvo caso de arrepentimiento); lo cuál no parece ser gran inconveniente para el que renuncia a la religión que los administra. Para materializar este derecho, sería suficiente enviar una atenta carta al Obispo de la diócesis a la que pertenece la parroquia donde fuimos bautizados, solicitando que se inserte, en la página correspondiente del libro de bautismo, una nota al margen donde se refleje nuestra voluntad de causar baja como miembro de la Iglesia. No parecería razonable exigir el recorte o arrancar la página correspondiente del citado libro.

Pues bien, resulta que en España, desde 2008, no es posible ejercer legalmente el derecho de apostasía y veremos sucintamente los motivos y la situación de flagrante vulneración de los derechos constitucionales de libertad religiosa (Art. 16, 2) y de derecho al honor, la intimidad personal y a la propia imagen (Art. 18, 1); ambos "derechos fundamentales" de nuestra pisoteada Carta Magna.

Los hechos se remontan al año 2006 cuando el ciudadano Manuel B.G. denunció al Arzobispado de Valencia ante la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) en relación con su negativa a realizar cualquier tipo de anotación en el libro de bautismo del demandante. La AEPD estimó la reclamación del apóstata e instó al Arzobispado para que en un plazo de 10 días anotara en el libro de bautismo la cancelación de sus datos personales; advirtiendo de las infracciones previstas en el art. 44 de la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD). Pero la cosa no quedó ahí. El Arzobispado de Valencia recurrió a la Audiencia Nacional alegando causas de derecho internacional como el Acuerdo de 1979 entre el Estado español y la Santa Sede que establece la "inviolabilidad y confidencialidad de los archivos eclesiásticos". La segunda excusa, muestra de gran desfachatez y mayor cinismo, era que: "la Iglesia Católica no posee ficheros de sus miembros, ni relación alguna de ellos, puesto que el asiento en el registro Bautismal no es identificable con la pertenencia a la Iglesia Católica". Según la Iglesia, el bautismo es un mero hecho histórico que se refleja en un libro y que no tiene la condición de fichero en el sentido de la LOPD.

La Audiencia Nacional sentenció (23/10/2007) en favor a la inscripción de la nota de apostasía en el libro de bautismo por motivos plenamente razonados como:
1º. El registro bautismal contiene los siguientes datos personales (Código de Derecho Canónico,  Cánon 877 § 1.): "Nombre de los bautizados, haciendo mención del ministro, los padres, padrinos, testigos, si los hubo, y el lugar y día en que se administró, indicando asimismo el día y lugar del nacimiento"

2º. Los datos son susceptibles de ser tratados y utilizados (Por ejemplo, para emitir un certificado de bautismo).

3º. El bautismo, según el propio catecismo católico, sí expresa la pertenencia a la Iglesia; según consta en su Art. 1, 1213 "...por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión…

Sin embargo, el 19/09/2008, día aciago para la Justicia en España, el Tribunal Supremo dictó sentencia a favor del Arzobispado de Valencia en el sentido de no reconocer el libro de bautismo como fichero LOPD. La ponente de la sentencia -para escarnio- fue Margarita Robles y cabe reseñar el voto particular contrario del magistrado Joaquín Huelin, que antes fue letrado del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE), con sede en Luxemburgo. En un prolijo razonamiento, rebosante de erudición, Huelin afirma que la Directiva 95/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo (24/10/1995), relativa al tratamiento y la libre circulación de datos personales; de obligado cumplimiento para España, también opera "para las actividades voluntarias y religiosas", según sentencia del propio TJCE.

En fin, asistimos una vez más a la impunidad que goza la Iglesia católica, a su talante autoritario y escaso "fair play" y, como no, al desprestigio de la Justicia, que ha quedado a la altura del betún. 

¿Qué opciones quedan para hacer efectivo el derecho de apostasía? 
1. Vía del derecho civil: Que el Tribunal Constitucional confirme la sentencia de la Audiencia Nacional y garantice el derecho fundamental de todo ciudadano a abandonar su religión.
2. Vía del derecho canónico: Consiste en pedir árnica a la Iglesia, solicitando al Obispo correspondiente que, por favor, nos dé de baja como católicos. Aquí pueden encontrar un modelo.

martes, 30 de agosto de 2011

España incumple la resolución 36/55 de la ONU

El 25 de noviembre de 1981 la Asamblea General de la ONU proclamaba la resolución 36/55, relativa a la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión o las convicciones. Los considerandos (extractados) de la Declaración son:

1. La dignidad e igualdad de todos los seres humanos [...] sin distinción de raza, sexo, idioma ni religión.
2. El derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión o de convicciones.
3. La violación del derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión o de cualesquiera convicciones, ha causado directa o indirectamente guerras y grandes sufrimientos a la humanidad.
4. La libertad de religión o de convicciones debe contribuir también a la realización de los objetivos de paz mundial, justicia social y amistad.
5. La existencia de discriminación en las esferas de la religión o las convicciones aún se advierten en algunos lugares del mundo; etc...

Muchos lectores pensarán que en España existe libertad religiosa, y es cierto, pero los múltiples privilegios de la Iglesia católica constituyen una discriminación positiva claramente identificada en la propia resolución 36/55 (Art. 2.2): "A los efectos de la presente Declaración, se entiende por intolerancia y discriminación basadas en la religión o las convicciones toda distinción, exclusión, restricción o preferencia fundada en la religión o en las convicciones y cuyo fin o efecto sea la abolición o el menoscabo del reconocimiento, el goce o el ejercicio en pie de igualdad de los derechos humanos y las libertades fundamentales".

Que los edificios de culto católico, incluidas las casas parroquiales, no paguen IBI pero sí lo hagan los del resto de confesiones, los templos masónicos o los locales donde se reúnen ateos, librepensadores y "brights"; es una discriminación en toda regla. España incumple la resolución 36/55 de la ONU porque existe una religión favorita que goza de muchos privilegios, especialmente desde 1953, fecha del Concordato con la Santa Sede (actualizado en 1979): un reducto de impunidad legal en un país teóricamente aconfesional.

Las ayudas institucionales directas e indirectas, financieras o en especie, o el tratamiento mediático preferente de las cadenas de TV públicas durante las pasadas Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ); son un claro ejemplo de trato preferencial y un atentado al principio de igualdad que consagra la Constitución española. Por ejemplo, se informa de que el movimiento 15-M ha dejado tantas toneladas de basura en la Puerta del Sol pero se omiten las generadas por la JMJ en el aerodromo de Cuatro Vientos.

Existen argumentos falaces que pretenden justificar el millonario apoyo institucional a la visita del Sr. Ratzinger a Madrid, por ejemplo, que el beneficio económico haya sido superior a las ayudas. Es verdad que algunos hoteles, taxistas, agencias de viajes, tiendas de souvenirs, supermercados, restaurantes, carpinteros que hacen confesionarios, instaladores de megafonía, fabricantes de carteles y vallas... -por citar algunos- se han beneficiado del evento. Pero no parece razonable que todos los españoles sufraguemos los gastos para el beneficio particular de unos pocos. Considero más justo que cada evento se autofinancie con el dinero de los fieles o fans. Incluso se puede abrir una C/C para que todos los católicos demuestren la adhesión a su caudillo moral, al infalible y supuesto poseedor de la verdad absoluta. Otra idea es destinar la colecta dominical de las misas a tal fin. Todo excepto hurtar el dinero del contribuyente para sufragar los fastos de una determinada religión. Por favor, no con mi dinero.

domingo, 14 de agosto de 2011

La visita del Papa y su último plan estratégico

Estimado Sr. Ratzinger:
En relación con su visita pastoral en Madrid (JMJ), deseo expresar mi rechazo a esa "nueva evangelización", producto de su último plan estratégico corporativo, cuya finalidad es recuperar la cuota de mercado que su religión viene perdiendo, de forma imparable, en las últimas décadas. En España (Barómetro CIS, junio 2011), el 22,6% de la población se declara no creyente o atea. Sólo el 11,7% de la población católica acude a misa una o más veces por semana. Restando los que practican otras religiones (1,7%) y los que no contestan (2,2%), nos queda un 61,8% de católicos "culturales" que solo pisan una iglesia en bautizos, comuniones, bodas y funerales; los ritos de paso que marcan la aculturación católica. Así que, por favor, deje ya de aludir a esa manida "gran mayoría de católicos", para justificar todos sus privilegios. Recuerde que los ateos duplican a los místicos. 

Entiendo que la visita se llame Jornadas Mundiales de la Juventud, máxime cuando el desapego de los jóvenes a la religión es para ustedes alarmante; una auténtica debacle. En cualquier empresa privada, esta situación hubiera supuesto el cese fulminante de su manager regional para España (Rouco Varela) y por eso es necesario tomar personalmente las riendas del negocio y presentarse en el coso madrileño a torear y salir a hombros de la plaza o con una buena cornada en la femoral.

Sr. Ratzinger, me imagino que sus estrategas purpurados tendrán por objetivo reevangelizar a ese 61,8% de católicos culturales y poner a trabajar de catequistas al 11,7% de fieles practicantes. Comenzar una "nueva evangelización" en España es una empresa destinada al fracaso. Ya le anticipo que no va a ser posible, ni con la ayuda del mismísimo espíritu santo y las cohortes celestiales. Usted no se dirige a evangelizar negros, indios o ignorantes como antaño, sino a ciudadanos libres con autoestima que han aprendido a pensar por sí mismos y a otorgar más validez a sus propios juicios morales. Fíjese lo que yo desapruebo:

1. Que el Estado use el dinero de todos los españoles para que usted nos adoctrine en su moral particular, de dudoso valor epistemológico. 
2. Que su Estado ficticio, llamado Vaticano, tenga "patente de corso", la que proporciona la religión; para influir en la política (aborto, divorcio, matrimonio homosexual, muerte digna, etc.) de otro Estado y fuera de los cauces democráticos. 
3. Que pretenda usted, Sr. Ratzinger, que sustentemos nuestra vida en la superchería y las creencias infantiles.
4. Que tengamos todavía que mantener a un parafuncionariado de curas y obispos, y a otro de catequistas en los colegios e institutos.

A pesar del tan grande como inmerecido apoyo institucional que está recibiendo su última campaña de marketing (alquileres baratos, cesión de instalaciones, 80% descuento transporte público, exenciones fiscales para patrocinadores), que se enmarca en el citado plan estratégico; muchos ciudadanos mostraremos en público y en privado nuestro desacuerdo. Da igual que su manager regional, Rouco Varela, haya lanzado su último "ofertón del verano": Absolución de abortistas arrepentidas; indulgencia plenaria para los fieles de la JMJ e indulgencia parcial para el resto de fieles que "eleven oraciones a dios para que impulse a los jóvenes a anunciar el Evangelio". Rouco dirá que esta es una oferta "difícil de rechazar" pero lo siento mucho Sr. Ratzinger, la razón no está en venta.

sábado, 9 de julio de 2011

Adoctrinamiento religioso

Como señala acertadamente Antonio Gramsci, para cambiar la sociedad no es necesario hacerse con el poder político; es suficiente con hacer pensar a las personas de manera diferente. Para hacer que algo –como la religión- se introduzca en la sociedad y pase a ser un elemento dominante de la cultura, se requiere el dominio de un instrumento bastante efectivo: el adoctrinamiento religioso; que se inocula durante la infancia y que, debidamente alimentado a través de la cultura y las tradiciones, permanece arraigado de por vida en la mente de los adultos. El adoctrinamiento religioso permite explicar por qué personas con amplios conocimientos sobre las distintas áreas del saber, científicos, personas cultas e inteligentes; siguen aferradas a ideas manifiestamente irracionales y, en todo caso, carentes de evidencia empírica que las sustente. 

Los “entrenadores de almas” saben bien que las ideas penetran mejor en los cerebros tiernos y por eso las religiones siempre se han ocupado de “educar” a los más pequeños. La Iglesia católica es experta en adoctrinar infantes. En 1597 el religioso español José de Calasanz fundó en Roma las Escuelas Pías con la finalidad de proporcionar una educación basada en la fe y en las letras a los niños pobres y abandonados. 

A principios de la década de 1990 el sacerdote Gonzalo Carbó puso en marcha en Valencia una “innovadora pedagogía” denominada: “El oratorio de los niños pequeños”. El método consiste en poner a los más pequeños a hablar con su amigo imaginario Jesús, algo que ellos llaman la oración contemplativa. Las sesiones semanales son de 30´ y se realizan en grupos reducidos de 12-14 niños de edades entre 5 y 12 años. Se comienza por orar en intimidad o “en secreto”, según explica la propia web escolapia; posteriormente “…se ora con la Palabra: la escuchan, aprenden, la aplican a su vida o la cantan...y después se hace una oración en común”. Pero aquí no acaba el lavado de cerebro de los infantes, según Carbó: “Además, (los niños) se hacen misioneros de la experiencia para llevarla y comunicarla a sus padres”. 

En España, la primera comunión se suele celebrar a los 9 o 10 años, con una preparación previa (la catequesis) que suele durar entre 2 y 3 años (una vez por semana); pero existe un debate actual en el seno de la Iglesia católica para adelantar este sacramento iniciático a antes de los 7 años. Si esta iniciativa prosperase, los niños comenzarían su adoctrinamiento religioso a los 5 años, un auténtico atentado para sus frágiles mentes. Según palabras del Obispo Antonio Cañizares, prefecto de la congregación para el Culto Divino (o sea, el encargado de los sacramentos) es preciso adelantarlo porque: "Lo que está pasando a los pequeños y al ambiente tan adverso en el que crecen…los niños viven sumergidos en miles dificultades, rodeados por un ambiente difícil que no les anima a ser lo que Dios quiere de ellos, muchos, víctimas de la familia". Este argumento presenta una primera falacia: Suponer que un ser inexistente (dios) desea que los niños sean de una forma determinada. ¿No será más bien lo que usted, Obispo Cañizares, desea que sean los niños?. La segunda parte de que muchos (algunos no) niños son víctimas de su propia familia raya en lo obsceno y parece más propio de una mente totalitaria. Por lo visto, vivir en un ambiente culturalmente abierto donde el niño tiene más acceso al mundo (TV, radio, Internet), y omito deliberadamente el apellido “real” porque mundo sólo hay uno, el que percibimos con los sentidos; parece peligroso para los “guardianes de la moral”. Por lo visto, la familia que adopta mayoritariamente un patrón laico de vida es claramente perniciosa para la posterior inoculación de ideas tan absurdas como el pecado, el cielo o el infierno. La Iglesia católica necesita catequizar antes porque la religión necesita adoctrinar antes de que la razón ocupe su digno lugar en nuestro cerebro. Se trata de una carrera entre la razón y la fe cuya meta es la conquista de las mentes más dúctiles. Las religiones quieren impedir o, al menos obstaculizar, la llegada de ideas racionales a las mentes infantiles y así evitar que durante la catequesis, un niño cualquiera al ser preguntado: ¿qué significa la fe?, responda: “La fe es lo que hay que tener para creer lo que dicen los curas”.

domingo, 19 de junio de 2011

El negocio de la magia


Existe un sector económico que no parece estar sufriendo esta crisis. Los curanderos, magos, videntes y demás timadores del ramo están haciendo su agosto. Podemos ver -con cierto sonrojo- en Telecinco (Más allá de la vida) cómo la vidente y gran "actriz dramática" Anne Germain dice contactar con los espíritus de los muertos, provocando así el ambiente emocional necesario para generar audiencia televisiva, la cual reporta pingües beneficios a la cadena. Aquí no acaba la cosa. Proliferan las páginas web de magia, los anuncios en los periódicos y las octavillas en los buzones de nuestros portales. Por cierto, esta tropa no se limita simplemente al mal de ojo o a la pseudociencia de la telepatía, su atrevimiento no tiene límites y  lo mismo arreglan un roto que un descosido; prometen solucionar males de amores, problemas sentimentales y domésticos, amarres a distancia, malas vibraciones e impotencia. También hacen incursiones en lo laboral: prometen el florecimiento de la empresa, encontrar un buen empleo y hasta aprobar unas oposiciones sin necesidad de estudiar. Para rematar la faena, prometen resultados inmediatos y 100% garantizados. Quien lee estos anuncios pudiera pensar que han sido asesorados por las mejoras consultoras mundiales en marketing.

Es difícil entender por qué el Gobierno prohibe -por poner un ejemplo- la venta de chucherías y bollería industrial en los colegios y, a la vez, asiste impasible a la perpetración de un gigantesco fraude a la sociedad. Tener la capacidad legal para curar una patología de rodilla cuesta 9 años de arduos estudios de traumatología y cero años de estudio a un mago atrevido con estudios primarios. Equipar un consultorio médico supone una inversión millonaria;  el curandero se basta con "imponer las manos" en la zona afectada. Una neglicencia médica se paga en los tribunales mientras que los desaguisados del chamán de turno los paga el contribuyente cuando el crédulo, finalmente, decide reparar el estropicio acudiendo a la sanidad pública. La medicina científica está sujeta a impuestos y la magia está exenta (todos cobran en "B"). ¿Que hacen los dirigentes políticos? Nada. Parece que en asuntos místicos (religión) y supernaturales (magia) la gente se acojona y se retira prudentemente, otorgando patente de corso a un ejército de saqueadores sin escrúpulos. Todo ello con la necesaria participación de personas crédulas aunque no necesariamente ignorantes.

La tradición milenaria de creencias religiosas es en buena parte responsable de la situación. Si la religión proclama la existencia del alma y muchos lo asumen como verdad, ¿por qué no creer en los espíritus? Alma y espíritu son indistinguibles, la diferencia proviene de quien usa cada  término: místicos o mágicos, respectivamente. Sólo desde esta perspectiva es explicable el enorme éxito de las creencias mágicas y de que los timadores campen por sus respetos. El Gobierno habitualmente protege a los ciudadanos frente a diversos tipos de amenazas físicas, psicológicas, económicas, etc., excepto las que provienen del campo supernatural.  No es posible legislar contra las creencias supersticiosas de la gente pero sí sería posible -y necesario- perseguir y condenar las actividades mercantiles basadas en el engaño y el fraude, incluido el negocio de la magia.

sábado, 9 de abril de 2011

¿Es sabio el Dalai Lama?

Esta semana recibí un mensaje de LinkedIn donde un internauta exponía "20 sabios consejos del Dalai Lama" (se pueden encontrar con Google). En general, los consejos destilan bondad y sabiduría hasta tal punto que todos los comentarios leídos en internet al respecto eran de total adhesión; como las votaciones "a la búlgara": 100% de aprobación. Es habitual que cuando una autoridad moral afirma algo, la gente de forma automática, se posiciona a favor, sin que exista una lectura crítica al respecto.  Sin embargo, discrepo de 3 consejos, y hoy expondré por qué no estoy de acuerdo con el Nº 18: "Juzga tu éxito según lo que has sacrificado para conseguirlo".


Según este aforismo, tiene más valor algo si lo hemos conseguido con mayor sacrificio, que implica alguna o todas de las siguientes cosas: dolor, esfuerzo, cansancio, penosidad, peligrosidad, privación, etc. Si no interpreto mal al "gurú tibetano", existe más éxito en un parto largo y doloroso que en otro corto y realizado con anestesia epidural. Tiene más valor la obtención de un titulo académico si el estudiante reside a 100 km de su colegio y tiene que madrugar mucho. Es más valiosa una cosecha si ha sido cultivada con bestias que si se ha usado un tractor y es más meritorio que te extraigan una muela sin anestesia.

Particularmente, no veo sabiduría alguna en lo anterior. Más bien aprecio una filosofía cruel donde es admirable el sacrificio, el dolor y la sangre. El cristianismo siempre ha preconizado el valor del ascetismo y del martirio como algo moralmente admirable y, por lo visto, el budismo tibetano tampoco se libra de este paradigma.

Una de las mayores conquistas de la humanidad ha sido precisamente reducir el sacrificio. Admiro la ciencia médica porque nos permite tratar enfermedades con el menor sufrimiento y  dolor posibles. Admiro a los físicos e ingenieros porque diseñan y construyen aparatos y máquinas que nos hacen la vida más cómoda.

viernes, 1 de abril de 2011

El ateísmo como obstáculo a la autoridad

Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, la religión ha ejercido un poder omnímodo sobre todas las esferas de la vida del individuo mediante el poder religioso, político, o ambos. Hasta el pontífice presente, la Iglesia Católica cuenta una lista de 265 papas en su bimilenaria existencia. El Papa, como jefe supremo de la Iglesia tiene las facultades de cualquier obispo, y además puede canonizar, nombrar cardenales y declarar dogmas. Conforme a la teología católica, el Pontífice está exento de cometer errores al momento de promulgar una enseñanza dogmática en materia de fe y moral. Es decir, el Papa nunca se equivoca, su infalibilidad es inherente al cargo. El Papa habla ex cáthedra: "desde la cátedra" o "desde el puesto del maestro". Este término se usa para ponderar la autoridad con la que alguien está afirmando algo. En español su significado sería "con autoridad". Una vez enumerado el impresionante poder y autoridad de esa autoridad religiosa, llega usted, un simple mortal, que tiene la mala costumbre de pensar por sí mismo y se ateve a proclamar: “Dios probablemente no existe”; “No creo que el Papa –ni ninguna persona- sea infalible”; “Confío más en mi propio juicio moral que en el juicio moral de otro ser humano”; “La religión es un invento humano que proporciona consuelo”; “Yo no necesito consolarme con ficciones metafísicas”; “Me gusta el mundo tal cuál lo veo”; “Soy capaz de disfrutar de esta vida, la única que tengo”; etc… Automáticamente usted se convierte en un ser peligroso porque, al pensar libremente, socava los cimientos que sostienen aquella autoridad: la obediencia. Da igual que usted sea científico, premio Nobel, que haya pasado una vida estudiando el universo o la naturaleza y que ellos no entiendan una palabra de lo que usted hable o escriba; la autoridad religiosa se permite la osadía de negar sus evidencias, sin aportar prueba alguna; solo necesita invocar el principio de que habla ex cáthedra así que no hay nada más que discutir. Los ateos han sido -erróneamente- considerados peligrosos, no porque hagan daño a nadie, sino porque atentan contra la autoridad religiosa. En general, cualquier persona que piense por sí misma y que esté subordinada jerárquicamente a otra, ya sea en el trabajo o en la iglesia, estará expuesta a las represalias de sus jefes. A menudo será tildada de díscola, perturbadora, follonera o problemática. De hecho, es muy habitual que para subir en el escalafón corporativo, se citen como meritorias otras virtudes antagónicas: Disciplina, subordinación, sacrificio, abnegación, lealtad, flexibilidad, etc. Y esto lo sé de buena tinta tras haber servido 20 años en el Ejército. Recuerdo, en el verano de 1978, cuando ingresé en el campamento militar de Monte La Reina (Zamora); los jefes nos hacían formar en una explanada cada domingo para escuchar la Santa Misa. Una vez perfectamente alineados los 800 jóvenes militares, se nos comunicaba en voz alta: “¡La misa es voluntaria, el que quiera que salga de formación!”. Jamás en mi vida observé tamaño fervor religioso: Una apabullante mayoría permaneció en las filas sin rechistar. Los pocos osados que dimos “un paso al frente” fuimos agrupados, al mando de un Suboficial, en una improvisada brigada de limpieza del campamento que se dedicó a recoger papeles y colillas durante el tiempo que duró la misa. 

domingo, 27 de marzo de 2011

¿Qué es el diseño inteligente?


Diseño inteligente (DI) es el término utilizado para describir a la corriente pro-religiosa que sostiene que el origen o evolución del Universo, la vida y el hombre, son el resultado de acciones racionales emprendidas de forma deliberada por uno o más agentes inteligentes. La comunidad científica y las asociaciones escépticas consideran el DI como una pseudoteoría.
Si bien sus partidarios proclaman que se trataría de una propuesta científica legítima, capaz de sustentar un programa de investigación metodológicamente riguroso, el DI es considerado por la comunidad científica de las ciencias naturales afines al tema sólo como una justificación a posteriori de la creencia en un creador determinado (el dios de las religiones monoteístas), presentada como una versión de creacionismo contemporáneo anti-evolución que trata de buscar la respetabilidad intelectual que el creacionismo clásico no ha sido capaz de obtener.
La teoría de la evolución, de Charles Darwin, más que una teoría es un hecho avalado por la evidencia científica mientras que el DI es la teoría creacionista del Génesis disfrazada con argumentos científicos.

Carta a un amigo creyente


Estimado amigo:

Veo que eres creyente y por eso me mandas algunos emails, sobre Jesús, la fe, los milagros y demás temas que reflejan tu espíritu evangelizador y propagador de la fe católica. Esos correos no me importunan ni tampoco me ofenden. 

Mis padres no eran personas religiosas pero quisieron educarme en las Escuelas Pías, cosa que les he agradecido, ya que recibí una buena educación. En diez años en el colegio, tuve tres incidentes desafortunados con dos curas y un profesor civil que forman parte del pasado y no me han dejado secuelas. Las cosas que hicieron nada tuvieron que ver con la religión.
Fui bautizado, hice la primera comunión, fui confirmado, me casé por la iglesia y mis dos hijos también han sido bautizados como católicos. Mi mujer tiene mucha fe (toda la que a mi me falta) y es catequista en la parroquia.

No creo en lo sobrenatural, es decir, soy ateo (ahora nos llaman Brights). No tengo suficientes evidencias (como decía Bertrand Russell) para pensar que Dios exista; tampoco puedo negar su existencia pero la considero altamente improbable. A pesar de ello, participo en los actos religiosos por respeto a las tradiciones o a las personas; por eso coincidimos esta semana en la misa de difuntos de nuestro amigo Felicísimo. Soy un católico cultural.

La historia que me envias de Juan Pablo II y el Gran Rabino de Israel Meir Lau nos enseña que, de forma prácticamente generalizada, cada uno posee las creencias religiosas de sus padres; cada cuál posee el Dios de su familia. Tener una determinada religión es un hecho circunstancial. Si hubiéramos nacido en Egipto seríamos musulmanes en lugar de católicos y si hubiéramos nacido en Grecia hace 2.000 años hubiéramos creído en Zeus y Apolo.

Para terminar este alegato, no me importa, querido amigo; que me envíes todos los email religiosos que desees, siempre y cuando admitas el principio de reciprocidad: Que yo también te envíe emails argumentando en sentido  contrario, o haciendo apología de la razón, sin que por ello te sientas ofendido. Espero tu respuesta.

Recibe un fuerte abrazo. Pepe.